Un burro amarrado.
Borriquito como tú.
¡Para sus ojeras, gafas de Sol!Un perro verde.
Ladrador protesta.
¡Un bozal para su rock!Una gata bajo la lluvia.
Triste y azul.
¡Collar isabelino salve su honor!Un gallo rojo.
De corral y de pelea.
Cuando cante tres veces.
¡Alcemos la voz!
Pablo Ruiz
Esta fue mi aportación a la EXPOSICIÓ MORDASSA, AÇÓ NO VA DE GATS, con la que APIV participó en la 53 Fira del Llibre de València, en el año 2018.
El proceso creativo pasa por intentar hablar en clave metafórica, de las distintas facetas del ser humano que son amordazadas como medida represiva de la libre expresión.
Sumándome a esa tendencia de reformular los cuentos de siempre, decidí interpretar un clásico de los hermanos Grimm, pero no para transformar el discurso invirtiendo roles y cuestinando moralejas, si no para ampliar los matices psicológicos de unos personajes que en su disposición estratificada, permitían hablar de los distintos estamentos sociales como actores del cambio político.
Al transformar Los músicos de Bremen en Los tititiriteros de Bremen pasamos de hablar de unos animales huidos de un hogar, a hacerlo de unos autoexiliados de un sistema que les ha reservado el sacrifico como destino por no resultar útiles, o ser incluso molestos, en la cadena de producción.
De esta manera, las bestias marginadas aprenden a reconocerse como iguales a través de su reunión, generando vínculos y descubriendo intereses comunes. Lo que les llevará a convertirse en músicos autodidactas y portavoces de una colectividad que aúna cantos diversos, consiguiendo expulsar a los bandidos del espacio habitado que han decidido que puede ser su nuevo hogar.
La playlist que sonó en mi cabeza en este particular viaje, es un poco previsible pero también inesperada, sobretodo en lo que a la gata se refiere. Aunque si pensamos en la tortuosa relación de «amor», por llamarlo de alguna manera, de los personajes de George Herriman, La gata loca y el ratón Ignacio, la banda sonora aunque no deja de ser un poco irónica, también está más que justificada como inspiración.
PLAYLIST:
1. El último de la fila – Como un burro amarrado a la puerta del baile
2. Peret – Borriquito
3. Marea – Perro verde
4. Rocío Dúrcal – La gata mojada
5. Roberto Carlos – El gato que está triste y azul
6. Chicho Sánchez Ferlosio – Gallo rojo gallo negro
7. Silvia Pérez Cruz – Gallo rojo gallo negro (de Chicho Sánchez Ferlosio)
8. Muerdo – Gallo rojo gallo negro (de Chicho Sánchez Ferlosio)
¿Qué imágenes rondaron por mi cabeza mientras tanto?
En realidad, no miré este cartel de Joan Miró antes de hacer la ilustración pero cuando definí la forma del gallo en la cima, siempre tuve presente mi recuerdo de esta imagen que errónemente, asocié con una gama cromática más próxima a la de cualquier cartel de la República. Después, cuando lo busqué, descubrí que no se parecían en nada. La inspiración es así de caprichosa.

Quizá, solamente el puño en alto o el ojo espantado y la «cresta» roja, que inconscientemente interpreté como un gorro frigio con escarapela, tan parecido a la cabeza de un gallo y que tantas veces vi representado en los sellos de Francia que de niño atesaroba en mi colección de estampillas.
Todos esos referentes visuales acabarían mezclándose en mi mente con los logos de Kellog’s y de Le coq sportif que tantas veces he ayudado a actualizar a mis alumnos, como ejercicio de rediseño, en clase de gráfico.




Y claro está, a todos nos gusta jugar a parecernos, aunque solo sea un poquito, a Charley Harper.
La inspiración del personaje de la gata la tuve clara desde el principio. La mirada que una y otra vez afloraba en el papel era la de Bola de nieve, de los Simpson y la obligada gama cromática era la de los azules y morados de la playlist y obviamente, los de Krazy kat. Pero de todas, un recuerdo de la infancia fue el que más condicionó la forma de mi gata con el lomo erizado, las cajas de cerilllas que tan ansiadamente esperaba que mi madre acabase para adueñármelas y guardar en ellas mis canicas, que nunca fueron muchas. Aún conservo una caja y unas pocas canicas.
La inspiración del perro y el burro fueron menos evidentes para mí pero están ahí y no voy a negarlo.
La influencia de los alebrijes mexicanos, de Oaxaca, es más que probable y es que alguno que otro me encuentro a diario paseando por casa.
Mas allá de la imagen que la película Coco de Disney-Píxar ha acercado estas coloridas artesanías al gran público (especialmente a través de la figura del perro de Dante) el interés por estas figuritas y así como por otras manifestaciones populares de otras culturas del planeta, es algo compartido con otros muchos creadores que en ocasiones, pueden llegar a evidenciar de manera más o menos explícita, estos gustos en su trabajo personal.
Quizá, a la vista de la cantidad de alebrijes que ilustradora francesa Malika Favre atesora en su taller, podamos descubrir alguna influencia de este arte popular mexicano en alguna de sus ilustraciones, como podría intuirse ya existe en algunas de sus propuestas de diseño textil con una apariencia muy similar a los tenangos mexicanos.
Sea como sea, en mi ilustración, las orejas del perro y también las de la gata, se parecen a las de un coyote oaxaqueño y la forma de insertar la cola es la que los artesanos hacen a los armadillos para desmontarlos y que así sean más fáciles de transportar en las maletas de los turistas como yo. Esa forma de insertar la cola es la misma en todos los animales de esta ilustración, lo que me hace pensar que todos ellos podrían ser unos alebrijes, juguetes al fin y la cabo. Como la inspiración de la forma del burro, que nuevamente surge de los recuerdos de la infancia. Quien jugara con estos caballos los recordará. También hay por ahí flotando una cubierta de un edición de Platero y yo, que había por casa pero eso ya solo está en mi cabeza.
El cartel de la EXPOSICIÓ MORDASSA, AÇÓ NO VA DE GATS, fue una adaptación de la ilustración con la que la compañera de la asociación Deima Jonusaityte, participó en la exposición.

Y el cartel de la 53 Fira del Llibre de València es obra de la ilustradora Lalalimola.

La ilustración ha sido incluida en el Llibre Mordassa, publicación comisariada por Elías Taño y Nuria Tamarit que en la página de APIV describen así:
«un libro con textos de análisis y opinión de diferentes expertos y colectivos, así como diferentes ilustraciones de autores y autoras asociados y no asociados, acerca de la «Ley de Seguridad Ciudadana» Una publicación con la pretendemos, no solo visibilizar el trabajo de los ilustradores e ilustradoras, sino también poner en valor el uso de la ilustración gráfica como herramienta de crítica, opinión y divulgación cultural y política.»
