«Harto ya de alabar tu piel dorada,
tus externas y muchas perfecciones,
canto al jardín azul de tus pulmones
y a tu tráquea elegante y anillada. »
Baldomero Fernández Moreno (1886 -1950)«Quiero tener la piel de cristal, nada a nadie ocultar».
Aterciopelados – Colombia
Esta fue mi quinta colaboración como ilustrador con la D(X)I Magazine, revista de Cultura & Post-diseño.
Abandoné la idea de aportar siempre a la publicación un recortable, un juego que llevase una imagen del plano bidimensional al tridimensional y me centré en hacer algo más intimista y sencillo.
El tema, TRANSPARENTE, que articuló el número 39 de la revista, publicado en septiembre del 2010, fue la excusa perfecta para bucear en el imaginario de los libros de ciencias naturales, construido a base de copiar sus láminas para aprender en la infancia, el nombre y la ubicación de todos los orgános que componen los distintos aparatos que podemos encontrar en el interior de nuestros cuerpos, desde entonces y ya para siempre, transparentes.
El punto de partida fue una poesía de Baldomero Fernández Moreno.
Soneto de tus vísceras
Harto ya de alabar tu piel dorada,
tus externas y muchas perfecciones,
canto al jardín azul de tus pulmones
y a tu tráquea elegante y anillada.
Canto a tu masa intestinal rosada,
al bazo, al páncreas, a los epiplones,
al doble filtro gris de tus riñones
y a tu matriz profunda y renovada.
Canto al tuétano dulce de tus huesos,
a la linfa que embebe tus tejidos,
al acre olor orgánico que exhalas.
Quiero gastar tus vísceras a besos,
vivir dentro de ti con mis sentidos…
Yo soy un sapo negro con dos alas.
Mientras hacía el dibujo resonó en mi cabeza, una y otra vez, el tema de ATERCIOPELADOS, TRANSPARENTE, inscluida en el CD en Gozo Poderoso del año 2000, en el que Andrea Echeverri canta:
Sueño tener la piel de cristal
Nada a nadie ocultar
Tran transparente como el agua
Se verá mi verdad
Voy a arreglar mi motor
A reparar mi interior
Que no me remuerda la conciencia
Soy fiel al dictado de la decencia
Por eso, me ha parecido oportuno mostrar aquí, cómo la imagen fue construida como un cadáver exquisito hecho a ratitos, en el que los puntos de sutura fueron realizados ¿cómo no? con celo transparente.
Aunque si hay una canción de Aterciopelados que se parece aún más al soneto de Baldomero es otra, TANTO AMOR, incluido en el recopilatorio Evolución, del año 2002.
Tanto amor
ya no me cabe en el corazón
Se llenó
y hacía otras vísceras se derramó
Todo mí cuerpo está muy comprometido
pues tanto amor imaginar no había podido
Con estómago, pecho y pulmón
Con el ombligo y con el riñón
Del dedo gordo del pie hasta la coronilla
Y de las lágrimas a las cosquillas.